“Felicia’s Journey” (Atom Egoyan, 1999)

“Felicia’s Journey” es una película de Atom Egoyan, basada en la novela homonima de William Trevor. Una adolescente irlandesa parte a Birmingham en busca de su novio, necesita encontrarlo y decirle que está embarazada. Un jefe de catering con traumas de la infancia que en sus ratos libres asesina jovencitas. Sus caminos se cruzan.

Él está un poco obsesionado con su madre fallecida que era una especie de Julia Child (o Chepina Peralta, para los mexicanos). Para compartir tiempo con su fantasma todas las noches cocina en su honor, rememorando los malos tratos. Me recordó un poco a Hitchcock, el niño regordete de madre opresora; ya saben una progenitora que a base de maltrato le forja a su hijo una prometedora carrera de psicótico.

Ella es una muchacha ingenua, de buen corazón y desprotegida. Un “Bocatto di Cardinale” para un asesino de jovencitas.

¿Saben a qué me recordó? al épico de Caperucita Roja y el Lobo Feroz, la niña que cae en las fauces del lobo pervertido. El lobo cocinero va enredándola y tendiéndole trampas pero ella al final logra, de manera milagrosa, una convención espiritual del lobo.

Las mujeres piadosas vendrían siendo como el cazador con biblia en lugar de hacha. Llegan en el momento en que está cavando una fosa para su próxima victima. Eso me pareció interesante, es divertido ver los crímenes desde lado de los criminales. No sé si estoy mal pero sentí desesperación en ese momento, “Espero que no lo descubran y le echen a perder su plan” me dije. No sé si halla sido el objetivo el sentir pena por el pobre asesino. No está mal, quizás no sea el estilo de películas que acostumbro, no está de más experimentar viendo otro tipo de películas.

P.D. Siempre me ha parecido atractiva (y un poco perversa) la fábula de la caperucita, no estaría mal una interpretación a lo Hitchcock (con humor negro y una protagonista rubia). Hasta el memento mi versión favorita es la de “Hard Candy” (David Slade, 2005).

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